domingo, 27 de noviembre de 2011

ES TIEMPO DE VOLAR


Muchas veces, y de esto que os voy a decir os habla un experto, damos vueltas, vueltas y más vueltas sobre las cosas que nos preocupan. Intentamos pensar cabeza arriba, cabeza abajo, caminando, navegando, volando, subidos a lomo de un elefante, y siempre nos lleva a la casilla del inicio. ¡Lo sé! Un auténtico fastidio.
Eso provoca esa frustración que para que lo visualicemos es el producto del choque entre dos placas tectónicas en nuestro interior. La primera: nuestros deseos, nuestras necesidades (que a más tiempo pasa más urgentes se hacen), la otra placa tectónica es lo que denominamos realidad - pura y dura - sin adjetivos, sin edulcorantes. Cruda. Por mucho que pensemos, por mucho que iniciemos nuevos caminos, todo sigue igual. Pues bien! Eso no es necesariamente malo. Analicémoslo desde otra perspectiva. No la de la eterna derrota contra la vida, si no con la perspectiva del aprendiz. Empecemos a estirar del hilo: Lo primero que debemos notar al llegar a esa sensación circular (quiero - no puedo) es que ya tenemos todos los elementos necesarios para pasar al siguiente "curso". No se va a producir nada diferente, no va a pasar nada. No es malo, simplemente significa que ya han venido "todos los invitados a la fiesta". Observémosles, juguemos con ellos. Veamos qué pasa.
Una vez que ya tenemos la perspectiva de que tenemos todos los ingredientes necesarios y les hemos pesado, medido. Seamos creativos. Busquemos en vez de lo que creemos que estábamos necesitando, busquemos un componente nuevo que salga de la mezcla de todos esos elementos. Me explicaré de otra forma y desde la experiencia. Muchas veces elaboramos una nueva teoría vital, la llevamos a la práctica y vemos que el resultado es el mismo. Pero llegados a este punto, lo que tenemos que hacer es poner todas las piezas en su conjunto como un puzzle. Tranquilos que si estáis en este punto no os falta ni una sóla pieza.
De aquí tiene que salir algo nuevo, no de una teoría (como un sólo ingrediente) si no de la suma de elementos. Sed creativos, probad, dejad que la intuición, las emociones, el propio cuerpo hablen. Pensamos que el pensamiento es algo único, pero en nuestro ser se manifiestan un montón de energías disitintas (pensamientos, emociones, deseos, necesidades, razón, locura, el cuerpo, los sueños, la intuición, el vacío, esa vocecita a la que raramente escuchamos.... mil energías! Pues bien. Todas aportan algo y es la suma de todas la que nos va a dar la clave para pasar al siguiente curso.
Lo más fascinante es saber que si sentís esa contradicción entre ser y deber ser, es que en el fonso vuestro interior sabe (la suma de energías, vaya) que podéis conseguirlo, podemos, vaya. No es un juego, es algo serio. Es en el fondo lo que da sentido a cada una de nuestras vidas. Conseguir lo que nos da plenitud.
Por eso he escogido las dos fotos de hoy. la primera de un avión, que nos permite volar, ver las cosas con perspectiva y la segunda, ver las cosas desde el aire, cada parcela de nosotros mismos.  Es hora de ponerse a volar, el tiempo corre...

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