miércoles, 16 de noviembre de 2011

Y SIN EMBARGO SE MUEVE


Menudo tema quiero tocar hoy!. Es el de los bloqueos, y no me refiero sólo a los bloqueos del escritor, aunque curiosamente suelan estar relacionados con lo que quiero comentar en esta entrada.
Situaros. Estáis conduciendo un coche, el que queráis. El más lujoso, el más utilitario, vuestro coche, el de otro. Lo que vosotros imaginéis (Hay que acostumbrarse a dar total libertad a la imaginación...la revolución comienza por ahí).
Me interesa ahora que fijéis vuestra atención en dos de los tres pedales. El freno y el acelerador. Incluso, si me apuráis, fijaros en un tercer elemento, el freno de mano. Comencemos por ahí. ¿Cómo está vuestro freno de mano? ¿Puesto, quitado?. El coche está parado  o en movimiento. El freno de mano es para mí una analogía vital de nuestra actitud. La actitud total, integral u holística con la que nos enfrentamos a cualquier situación en la vida, o mejor dicho, la actitud con la que nos enfrentamos a la vida en su conjunto. Vamos frenados cuando no deberíamos. Sentimos que nuestra vida no avanza aunque el motor esté encendido?. No nos engañemos, no son fases que se arreglan solas. Necesitamos saber qué hay en nuestra actitud que induce a ese bloqueo. Y como siempre os digo, observar, observar y observar. Alejados de cualquier emoción, y de cualquier juicio. En mi caso, mi bloqueador es mi falta total de fe. No me refiero a algo religioso. Me refiero a algo más del día a día, más material. Dudo de mí, de mi capacidad en general, dudo de los demás. En fín, que dudo de todo. Y es ahí donde reside mi debilidad. En la duda. Una duda nada metódica, es una duda emocional, como si estuviera enganchado todo el día a alguien que está tiritando de miedo porque duda de cualquier cosa. Es una imagén un poco expresiva, pero es así. ¿Habéis visto alguna vez unos dibujos animados de hace bastantes años, "Leoncio y Tristón". Leoncio, un león, siempre impulsivo acompañado de una hiena que siempre está triste, y deprimida. A cada idea de Leoncio, Tristón va diciendo "no sé si eso será bueno", "no sé si eso será posible". Pues ahí está el reto. Mi bloqueador es una parte de "Tristón" que no me deja avanzar.
Volvamos a los pedales. Os conté la semana pasada que no estaba viviendo el mejor de los momentos. Fue increible la respuesta somática. Comiendo lo mismo, haciendo la misma rutina, adelgacé 3 kilos por las preocupaciones sobre mi futuro. Y ese es mi freno. Cada uno de vosotros debe localizar el suyo. Ver cuando se para en seco, como va reaccionando su cuerpo a las preocupaciones, cuando se auto-anula. En mi caso es cada vez que pienso que el futuro no me va a traer nada bueno haga lo que haga, o que de alguna manera se me está imponiendo un resultado que ni puedo conseguir, ni creo que quiera. No de esa manera. (Tampoco hay que dejar que los demás conduzcan por uno mismo, por más amor que haya por medio).
Finalmente, tenemos el acelerador. Son todas esas cosas, actividades, pensamientos, gente, lugares, que nos reactivan, que nos hacen ir para adelante,que nos permiten MOVER, hacia una dirección. También sería bueno que cada uno de nosotros supiera cuáles son esos aceleradores.
Antes de concluir, sólo quiero comentar una cosa muy importante, que a lo mejor puede parecer contradictoria con lo que he dicho de los frenos, pero no lo es. La vida es movimiento, todo se mueve, y aquí viene lo importante, aunque no nos lo parezca TODO se mueve. Especialmente, nuestra vida.
Os comento las fotos. Las dos son del día de hoy. La primera, por la mañana. La policía - los mossos - a la puerta de casa. Es la brigada móvil o antidisturbios, de la policía catalana. Estaban esperando por si debían intervenir en la manifestación de estudiantes universitarios que a primera hora de la mañana estaba cortando la entrada de la Av. Diagonal. La segunda. Por la tarde, poda de árboles. Me pareció una analogía interesante. El video que pongo hoy es de "Leoncio y Tristón". Debia ponerlo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario