sábado, 3 de septiembre de 2011

DEMASIADAS CASUALIDADES PARA SER CASUAL


Y ya estamos en septiembre. En nada nos plantamos en las Navidades, y un poquito más allá, en el 2012.
El paso del tiempo me ha hecho reflexionar esta mañana sobre dos falacias con las que solemos trabajar y que, a menudo, nos hacen bastante daño, como dos piedrecitas en cada uno de nuestros zapatos.
La primera falacia es la de EL TIEMPO LÍMITE. Ver que pasa el tiempo siempre nos da un curioso sentido de urgencia. Cuando es de noche, pensamos que se nos va el día y que no hemos hecho lo que desearíamos. Llegamos a septiembre y nos decimos "oh, por dios, otro año que se me está yendo". Y lo mismo cuando llegamos a una edad en la que nos preguntamos "¿qué diablos estoy haciendo con mi vida". Trabajamos con la sensación de contrarreloj, de que nuestra vida se nos va y todo está mal (Me he adelantado al segundo punto). ¡Vale!. Somos libres hasta para sentirnos como queramos, pero ¿queremos sentirnos así?.
Yo creo que nos engañamos. Os pondré un ejemplo. Imaginad que este fin de semana tenéis un montón de cosas que hacer, y que todas ellas os encantan, y que tenéis ese estado de ánimo especial, de cuando disfrutáis de vuestra experiencia. No sé, comenzando con un buen desayuno con alguien, o vosotros solos, da igual. Luego ir a patinar, una exposición, de compras, o estar tirado en un sofá. Luego pintar, cantar, bailar, escribir, dibujar. Lo que sea que os convierta en vez de receptores, en emisores. Os dáis cuenta de que tenéis todo, absolutamente todo para ser felices ahora mismo. Os puedo asegurar dos cosas. Que no miraréis el reloj en ningún momento, y que cuando llegue el lunes querréis seguir haciendo lo mismo porque habréis descubierto que lo que ha hecho tan especial este fin de semana no ha sido ni vuestros hechos, ni los resultados si no vuestra entrega, total y centrada a la experiencia del momento.
La segunda gran falacia es que HAY QUE CAMBIAR RADICALMENTE. Esta es una afirmación muy buena para cuando queremos salir corriendo de nuestra realidad o no nos queremos enfrentar a ella. ¡Menunda tontería!. Primero porque realmente, si lo véis, no hay un momento más perfecto que éste. La intensidad que tiene, vuestro potencial, vuestra esencia está junto a ese momento. En segundo, porque ya sóis (somos) perfectos en este mismo instante. Y no lo digo como una afirmación típica de autoayuda, sino con la perspectiva que da el ver que incluso los peores momentos han sacado lo mejor de nosotros mismos, que hemos aprendido de ellos y nos han hecho ser como realmente somos. (Lo que somos cuando no queremos aparentar. Cuando nos quitamos la máscara). ¿No os ha pasado alguna vez que tenéis la sensación de saber muy bien lo que estáis haciendo pese a que parezca que "fuera" sea el fin del mundo?. Cuando las casualidades se plantan una detrás de otra de tal forma que sospecháis que hay demasiadas para que esto no signifique algo planificado.
Unido a todo esto habría una tercera falacia y es la del DESTINO DETERMINADO. Cuando renunciamos a algo y decimos "es el destino" o "el destino me traerá algo mejor". Eso no existe - según mi punto de vista. Lo único que existe son múltiples probabilidades (o caminos) que nos llevaran a múltiples destinos. Cada paso un destino. Por que nuestra vida no se marca con una cuerda de longitud determinada. Se hace a cada paso que damos. Cuando un paso nos lleva al siguiente paso y así sucesivamente. Incluso las pautas de nuestra conducta que nos parecen tan fijas y determinadas, mañana mismo podrían no serlo.
El destino lo hacemos a cada paso, libres de la obligación de ser quién no somos, y con la certeza de que hagamos lo que hagamos, lo estamos haciendo lo mejor que podemos. No se pide más (tampoco menos). No existen ciclos sino malos aprendizajes. Si no aprendo una lección, me tocará repetirla hasta que la aprenda. Lo bueno es que no se te exige sesudos planteamientos existenciales, simplemente que estes presente y consciente de que hay algo que debes aprender de toda situación (mala o buena).
Las cosas no se arreglan mágicamente, o mañana no será repentinamente mejor que hoy. Las cosas malas (como las buenas) sólo son una ilusión que lo único que te piden es que estés despierto aquí, ahora, en este momento.
Las fotos que pongo (una de Riudaura y la segunda de Sitges) son de agua, y que contrastan totalmente con el video que pondré hoy, que es totalmente fuego. El grupo se llama Ghinzu y la canción "Cold Love". Disfrutad del momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario