miércoles, 31 de agosto de 2011

NO DEJEMOS EMOCIONES ESTANCADAS.


Es importante insistir en el mundo de las emociones que nos rondan como mosquitos en una tarde de verano.
Podemos hacer todo el yoga que queramos, meditaciones o tomarnos todas las horchatas que queden en la cafetería. Si las emociones duelen debemos hacerlas caso. No pensar sobre ellas, buscar introspecciones intensas (estoy seguro que todos hemos hecho ese trabajo ya... sin resultados).
Se trata de observarlas atentamente, como si fueran algo externo a nosotros. Como si las viéramos en una pantalla de cine.
Os contaré a qué viene todo esto. Durante este último mes, especialmente, me he sentido mejor que en todo el 2011 junto. Me he marcado un camino, un método y que sigo lo mejor que puedo. Y sinceramente, me está yendo mejor, pero ayer me pasó algo que me hizo poner a prueba, y curiosamente en los dos puntos que me duelen más. Mi primer fantasma de las Navidades Pasadas, vino en forma de sueño. Soñé con una chica de mi pasado (reciente) y en ese sueño se reproducían las mismas sensaciones negativas que tuve en la vida "real". Al despertarme de golpe, como si de una pesadilla se tratara, no comprendía cómo era posible que algo que había sucedido hace ya 3 años pudiera seguir afectándome tanto "no lo entiendo, si pensaba que ya lo tenía superado". Me di cuenta que en el sueño no sucedía nada extraordinario, simplemente el sentimiento que me provocaba su actitud. Esa sensación me quedó toda la mañana, pese a que no podía entender cómo la sensación de un sueño podía durar tanto. Lo cierto es que el sueño se limitaba a recoger una emoción estancada en mi interior. Por mucho que lo haya racionalizado, por mucho que me haya dicho eso de "hay que mirar hacia adelante" o "sus motivos tendría", me sigue haciendo daño.
El segundo fantasma de las Navidades Pasadas vino de una forma muy tonta. Una llamada perdida de mi madre. Como el timbre de Pavlov, despertó en mí toda una serie de recuerdos, desde a recuerdos del peor año de mi vida, en el que mis padres jugaron una papel desequilibrante hasta el recuerdo de los últimos meses de mi abuela. Todo en una fracción de segundo, ya que no necesité recordar los hechos. Otra vez más, las sensaciones barrían mi interior como un huracán.
Como suelo decir "demasiado casual para ser casual". Dos emociones tan fuertes en un sólo día, sin venir a cuento, y sintiéndome bien y en paz conmigo mismo.... no lo entendía.
Hoy, mientras desayunaba estaba pensando que suelo cometer dos errores. El primero es justificar, o racionalizar los hechos. Creo que haciéndolo de esta manera podré superarlos antes. Mentira!. El segundo error es pensar que el problema está en mí. Niego la parte de mí que ha contactado con el suceso. Si por ejemplo, suspendo un examen. "no estoy hecho para estudiar". Si no consigo mantener una buena relación con alguein, "es que no sirvo para tener relaciones", y así mil excusas.
Todo esto es una tontería. Noy hay ningún problema conmigo, todo está bien. Pero aceptarlo realmente, es curiosamente más difícil que criticarme, degradarme o ningunearme. En cuanto a las emociones, ni justificarlas, ni negarlas, ni ponerlas debajo de un tigre (disecado, preferiblemente). Las emociones, se esconden muy bien. Saben dónde, cuándo y cómo hacerlo, así que "lo único" (que no es poco) es poner la atención en ellas, sin juzgarlas ni juzgarnos. Observarlas como si tuviéramos un Rembrandt delante de nosotros. Y aprender!. No es casual que éstas se aparezcan tal y como hacían los espectros al Sr. Scrooge en "Cuentos de Navidad". Quieren que les hagamos caso, que aprendamos, sin confundir la parte (las emociones) con el todo (nosotros). Como sé que a muchos de vosotros os pasa lo mismo, he querido poner esta entrada, con la promesa de que trabajemos en ello, escuchemos realmente y sin miedo. No dejemos emociones estancadas.
Las fotos, y para acabar son de ayer. Son muy tontas, lo reconozco, pero reflejan cómo me sentía ayer al despertar. Primero, el viento era tan fuerte que no podía colocar bien las estoras de mi ventana y segundo, preparándome un delicioso té en el desayuno. Sin prisas, disfrutando del momento. El video que pongo hoy, me pirra. Es una versión del "Endboss" de Marteria hecho con el lenguaje de los signos. Viel Spaß!!!

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