miércoles, 17 de agosto de 2011

DEJAR QUE LA NADA NOS POSEA, ¿O ERA MATRIX?


Buenos días!. Espero que hayáis despertado bien y que este mes de vacaciones os esté sirviendo para renovaros.
Hoy toca hablar de mi siguiente visita en este viaje, "La Nada".
Es como Roma y sus caminos. Todos los caminos nos llevan a la Nada, y lo más curioso del caso es que es el destino (o uno de ellos) a los que más tememos. La Nada es algo más que el silencio o el vacío. Es la oscuridad real. El reconocimiento explícito de que no vemos. Somos ciegos. Y eso nos aterra.
Todos conocemos a gente que dice que uno de sus mayores temores es la soledad. Esto lo he oído desde que era pequeño pero sin embargo es ahora cuando empiezo a entender lo que realmente significa. Siempre había pensado que estar solo significaba estar sin nadie, lo cual es una tontería porque siempre estamos solos aunque estemos con más gente. De tal forma que mi vida la vivo solo en el sentido que nadie más la vive por mí (afortunadamente para todos).
He descubierto que tener miedo a quedarse solo significa tener miedo a quedarse con uno mismo a solas. Si os fijáis, usamos todos los trucos que nos da el ingenio y el dinero para quedarnos en ese estado lo mínimo posible. Si nos quedamos solos en casa, pondremos la radio, la tele, enchufaremos el ordenador, nos conectaremos al facebook y/o al twitter, llamaremos a alguien, saldremos a comprar aunque sea un cartón de leche. Lo que sea con tal de no quedarnos solos con nosotros mismos. No con nuestros pensamientos, o con nuestras emociones si no con nuestro vacío o nuestro silencio interno.
No sé de dónde viene esta creencia pero hemos dado por "mala" esta sensación de la que os hablo. Es como estar a la entrada de un largo y oscuro túnel y decir "paso, yo no entro ahí. Prefiero estar a fuera, al solecito". Este Nada es lo que nos une a todos. Lo miréis como lo miréis sabéis que es cierto.
En el ejercicio de sentir nuestro cuerpo, centrar nuestra atención en él, descubrimos con cierta incredulidad que no pasa "Nada". Ese es el problema. Pensamos que estamos centrados en esa Nada, cuando en realidad estamos pensando en los resultados que obtendremos, en si cambiará así nuestra vida, en si lo estaremos haciendo bien, o en que me asusta sentir que nada cambia.
Ese Nada es una puerta. No tengo ni la menor de las ideas de hacia adonde. Lo que sí sé es que debemos entrar sin esperar nada, liberándonos de cualquier resultado, de cualquier "espera". No me atrevería a decir que esa Nada es Dios (inteligencia universal, ki, gran espíritu, o pepito pérez. El nombre y el concepto son lo de menos). Pero sí que parece una manifestación del mismo.
Sobre todo, en esta visita a este mundo desconocido de la Nada, recomiendo no ir con ideas bancarias del estilo (qué obtendré a cambio, qué resultado, qué beneficio). Si el viaje se convierte en obligación ya no merece la pena hacerse. Para que las cosas fluyan no debe haber un plan mental. (Por muy bajita que sea la voz de vuestros pensamientos). Os seguiré contando qué tal me va por este nuevo lugar.
Las fotos. La primera es una fiel representación del verano que estamos teniendo, lluvia y temperaturas sensiblemente por debajo de lo normal (en julio fueron sólo de 10º menos de la media de todos los julios). La segunda foto, de estas mías de arte y ensayo que me gusta hacer de vez en cuando.
El video de hoy es de una de mis películas favoritas. "El viaje de Chihiro". Cada vez que la veo, aprendo algo nuevo.

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