sábado, 6 de agosto de 2011

KENSHOU


Comencé este blog hace 7 meses, coincidiendo con el inicio del 2011. Aunque lo de "coincidir" sea en este caso más que nunca una forma de hablar, pues nada ha habido más premeditado que comenzarlo justamente en enero de este año.
Para mí, el 2011 tiene mucho de viaje interior, de renovación.
Si me sirve la analogía diré que durante el 2009 y el 2010 comencé a derrumbar "mi edificio". Una construcción interna que ya se había quedado obsoleta y que no respondía ni a mis necesidades ni a mis inquietudes.
A finales del verano pasado, y siguiendo con el ejemplo del edificio,  lo que antes había sido un "edificio", ahora simplemente era un solar sin "nada". Sólo queadaban los cimientos. Esa sensación de "nada" asusta, y asusta mucho. Pero es un "nada" muy diferente a esa sensación de vacío que alguna vez nos acompaña a todos. Es un nada casi físico, que se puede pesar, medir, incluso cortar con un cuchillo romo.
Durante este 2011 estoy haciendo un viaje, y el hecho de ponerlo en un blog es para compartirlo con los demás. Muchos de vosotros estaréis haciendo un viaje similar, otros lo habréis hecho ya, y finalmente, algunos seguramente lo hagan. Es curioso que las agencias de viajes no potencien los VIAJES AL INTERIOR, a la esencia de uno mismo.
Es simplemente un viaje, con los errores típicos de un viajero novato, que a medida que avanza en su aventura descubre lo pretencioso que ha sido, y lo realmente ignorante que es. Recuerdo que de pequeño me enseñaron en casa a nunca-jamás decir "no sé". Eso es un aprendizaje que ha calado hondo en mi interior. Ahora descubro, que reconocer ese "no sé" es el primer paso para encontrarte. Un pensamiento zen que resulta tan fascinante como aterrador.
De hecho, la entrada que quería hacer hoy iba precisamente de eso, de lo aterrador que es quedarse sólo (con acento!) con uno mismo. Es decir, no en soledad sino ante mí mismo. Me explicaré. Al despertarme, me he puesto a pensar en las cosas que tenía que hacer hoy. Este pensamiento lo tengo 1000 veces al día. Pero por puro "chispazo" he visto lo que realmente quería decir: "no me dejes solo y en silencio conmigo mismo". Tirando de ese hilo, he descubierto algo interesante. Y es la cantidad de cosas, maniobras, trucos que utilizo para no "quedarme en silencio". Desde imaginar, soñar despierto, pensar en lo que haré, pensar en mis emociones, pensar en lo que pasaría sí, recordar el pasado, escuchar música, ver una película...Todas estas cosas que hago cuando podría estar a solas conmigo mismo, y no hago sólo por una razón: MIEDO.
Como viajero de interior, llego a un cruce donde se presentan dos caminos perfectamente señalizados. Un camino es el cotidiano: las señales, las de siempre: crítica, insatisfacción, alegría (no todo tiene que ser malo), sensación de escasez, sensación de paso del tiempo (Escribo "sensación" ya que, pese a que son sensaciones con base externa o pseudo-real, son totalmente ilusorias. Un ejemplo de ello es muy sencillo "Ver una foto y decir, ostras qué feo me veo!". La sensación es real. Pero ves esa foto pasados unos meses y dices. "Ostras, tampoco estaba tan feo, como ahora!" XD. Sensación que también es real). Es sólo un ejemplo pero así nos entendemos todos.
Luego hay otro camino que tiene dos señales, y que parecen como las dos esfinges de "La Historia Interminable". Una es el miedo al silencio, y lo que pueda "decir" y otra, la emoción de "desconocido", que impera. Imaginaros ante ese cruce. Por muy mal que lo esté pasando, parece que siempre escogeré la primera señal, antes de adentrarme en el mundo "desconocido". Me aterra lo que pueda encontrar ahí. Y por eso y de forma totalmente inconsciente unas veces, y consciente otras, nunca me quedo en silencio. Incluso cuando estudio que es cuando mayor silencio debería tener, prefiero ponerme música para no oírme, - no mis pensamientos que ya los conozco, sino la verdadera voz que sale de nuestras entrañas, y que se manifiesta y habla a través de ese silencio.
Así que como viajero, mochilero y con el pack 2011 de viaje interior, tendré que ser valiente y girar hacia las dos esfinges. No sé lo que me encontraré. Es imposible saberlo ya que "nunca he estado ahí". Pero estoy aburrido de ver siempre lo mismo, y no tengo ganas de ir a la agencia de viajes de interior, y pedir que me devuelvan el dinero. ;-) . Lo que me parece más prometedor de este viaje es SABER que lo que llamamos realidad fija y determinada, no es más que una ilusión. Humo y espejos. Y que lo que hoy nos parece imposible, poco después sea otra realidad realizada y cotidiana.
Bueno, las fotos.... La de arriba de todo la he hecho esta semana. Es de mis sobrinitos, Elio y Guillermo. Si alguien me pidiese que definiera con un ejemplo lo que es la riqueza, les usaría a ellos. Siempre que estoy con ellos tengo la sensación de que no hace falta ir muy lejos para encontrar el camino hacia la plenitud. (Cada vez soy menos partidario de decir "felicidad" ya que es un concepto que se ha prostituido tanto que me recuerda al burro y la zanahoria).
La segunda foto, la he tomado hoy mismo. Y aunque quede muy "Kenshou" (Concepto Zen de destello de la Iluminación), representa un instante de plenitud para mí o en mí, como prefiráis. Tomar un desayuno, aunque sea con un café con leche, y galletas con mermelada de naranja, en la cocina, un sábado por la mañana. Sin prisas.... no puede haber un momento mejor, salvo éste!.
Hoy voy a poner a una canción que me encanta. Se Titula "Stand up" de Hindi Zahra. Espero que os guste.
Addendum: De forma casi instintiva he vuelto a leer las primeras entradas de este blog, encontrándome  con una entrada  casi premonitoria. Sensacional, pues las coincidencias suelen ser "señales de tráfico" que nos indican que vamos por el camino correcto. Si os apetece, echadle un ojo, por favor!.
http://chmcs.blogspot.com/2011/01/los-osos-polares-no-lloran.html

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