domingo, 29 de mayo de 2011

VALORES REFUGIO


Esta es una entrada fácil de hacer. Por una parte con la felicidad por la victoria del Barça de ayer y por otro lado por que tengo una idea muy clara de lo que quiero explicar hoy y, para mí, es importante. En cuanto a la victoria del Barça estoy contento por muchas cosas pero una de ellas, la que más encaja dentro de la "linea editorial" de este blog es porque ha ganado un modelo de hacer las cosas; un modelo en el que prima lo colectivo, los valores de compañerismo, entrega, superación y fe en uno mismo y en el colectivo.
En cuanto a la entrada de hoy.... La idea se gestó hablando con mi hermana. Estuvimos comentando una idea que os he explicado en alguna entrada interior; "el valor refugio". Es o una persona o una situación, un escenario, o cualquier cosa del pasado que nos sirve como salvadidas emocional ante situaciones complicadas de nuestro presente. Es como una especie de "punto de restauración" si me aceptáis el símil con el ordenador. Pues bien, principalmente mi valor seguro es la casa de mi infancia, concretamente el comedor. Así que cuando me siento confundido o agotado con una situación "viajo" mentalmente allí. No es tanto reproducir el lugar si no más bien recuperar las sensaciones de seguridad, de certeza, de protección. Recuperar también los estímulos que ahí tenía: los sonidos, la música, un olor, la iluminación. Sabiendo que mi mente es mía, puedo recrear esa situación poniendo cosas del presente, cambiándolo, adaptándolo a mis necesidades actuales. ¿Cúal es vuestro "valor refugio? ¿Cómo llegáis a él?.
Otro tema que quería tratar, relacionado con lo anterior son las visualizaciones. Tengo que confesar que nunca he sido demasiado partidario de ellas, entre otras cosas, porque nunca las he hecho bien. (En mi defensa diré que tampoco nadie me ha iluminado demasiado sobre cómo hacerlas). Para mí, una visualización es una forma activa de oración, en la que pones todos tus recursos para que algo se produzca. Primero en tu interior, luego en tu exterior.
Observando cómo he conseguido las metas que he conseguido, me doy cuenta de varias cosas: la primera: si tengo que pensar en lo que quiero y cómo lo consigo, ¡malo!.. no voy por el buen camino. Seguro que nadie (o casi nadie) piensa en cómo respirar. Segundo, miremos algo que tengamos en la mesa. ¿cómo lo conseguimos? visualizamos para conseguirlo o simplemente, lo tenemos?. Con todo esto he pensado que como todo es "educable", debía educar mis propias visualizaciones. Así que os contaré cómo lo voy a hacer y en entradas sucesivas os iré narrando los resultados.
Mi visualización: Primero voy a mi valor seguro, al comedor de la otra casa en este caso (el escenario no es lo más importante). Segundo, recrearé los valores que necesito: seguridad, protección, confianza, concentración, abundancia...lo que sea. Tercero; recrearé los estímulos que me transporten a esa época de confianza (música, olores, sensaciones, ropa, etc). Cuarto: recibo un juego (como si fuera mi cumpleaños, Navidad, o lo que sea) ese juego es el objeto que necesito conseguir en mi exterior. Como es un juego, lo compartiré con más personas, actuando como si lo que me han dado es lo más normal del mundo. (es importante ser un poco niño en toda esta visualización... los niños no suelen preguntarse demasiado los "cómos"). Quinto: dentro de esta visualización. Sentir que interactuamos con los demás. En el exterior y poco a poco. Esta interactuación se entiende que tendrá al objeto que deseamos como centro. Pero sobre todo, "vividlo" como si fuera lo más normal del mundo. Es la creencia de que lo que deseamos es extraordinario lo que -por definición- convertimos en imposible. Imaginad que deseamos un piso. No os centréis en la alegría por tenerlo. Sentid la seguridad, la protección que os da pero como algo fluido y natural. Ir interactuando en este caso significaría comprar cosas para la casa; desde cosas pequeñas: servilletas, cepillo de dientes para luego (al ritmo que os vaya marcando la propia visualización) ir consiguiendo cosas más grandes. Visualizad que invitáis a alguien a vuestra nueva casa. La emoción no debe estar centrada ni en la casa, ni en el invitado, si no en la sensación de plenitud que tenéis. A ver qué tal funciona. Si lo probáis, decidme qué tal os funciona.
No sé si he sido muy claro. Es de esas típicas cosas que suenan mejor en la cabeza.
Bueno, para ir acabando. Os explico las fotos de hoy: la de arriba, veréis que en la unidad C: pone que tiene capacidad de 11,2 G. Os puede parecer una tontería pero llevo un año que mi capacidad en el disco C: era de 250 Mb libres. He hecho una profunda reestructuración y he conseguido esto. Los pequeños cambios son poderosos y significativos. En mi portátil, he pasado del Explorer al Chrome y es que si algo del pasado no funciona, debemos atrevernos a cambiar.
En cuanto a la segunda foto. La tomé en un momento en que me sentí genial. Estaba estudiando, con el ventilador puesto, y de fondo, la música de la FIP (http://sites.radiofrance.fr/chaines/fip/endirect/ ) de fondo. En serio. Me sentí en la gloria. El video que os voy a poner es muy largo, pero extraordinario. Se titula "Cambio" y está centrado en las reflexiones de  Wayne Dyer. Os lo aconsejo.

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