miércoles, 25 de mayo de 2011

VIAJANDO A MONGOLIA


Me he dado cuenta de que necesito más de una dosis semanal de blog; así que aquí estoy. Intentaré hacer dos entradas a la semana.
Hoy tengo en mente dos cosas sobre las que querría escribir.
La primera es sobre una conversación que tuve con un amigo, también estudiante de pedagogía. La charla giró entorno a la definición de aprendizaje. "Cambio más o menos permantente en la conducta, que ocurre como resultado de la práctica" (Kimble, 1961). Nos preguntábamos si notábamos si habíamos cambiado algo en los últimos 5 años. Los dos llegamos a la conclusión de que probablemente no, pero que eso sólo lo podría decidir alguien a quien no hubiéramos visto desde hace 5 años (un observador externo). Lo que nos molestaba, por así decirlo, es que no pudiéramos ser nosotros mismos los que pudiéramos valorar si habíamos cambiado o no. Lo que nos llevó a pesar que, siguiendo la definición de aprendizaje de Kimble, no habíamos aprendido nada de nada durante estos últimos años, ya que no apreciábamos el más mínimo cambio de conducta pese a reconocer que sí habíamos tenido muchas experiencias, y circunstancias totalmente diferentes a las que teníamos un lustro atrás. Así que yo me pregunto realmente; ¿cómo sabemos si hemos aprendido de nuestra experiencia vital si no somos capaces ni de autoevaluarnos ni de observar en nosotros un cambio más o menos permanente de conducta. En definitiva, que seguimos siendo tan "tontos" como hace 5 años. Un aplauso para nuestra evolución.
Lo segundo que quería comentar es sobre "mapas". Me he dado cuenta de que en esta vida hay tres tipos de personas (para romper con el bi-tipismo); están los que están muy perdidos y lo saben, los que están perdidos y no lo saben y los que están perdidos, lo saben y no les importa lo más mínimo. Honestamente, me encantaría pertenecer al tercer grupo, pero no puedo. Supongo que como muchos de vosotros, tengo un Pepito Grillo metido en la cabeza que no me deja. He buscado un montón de información al respecto y es divertido porque a la mayoría de escritores que reflexionan sobre el tema les pasa lo mismo que a mí (y seguramente que a ti también). Son capaces de teorizar pero realmente no tienen ni idea ni del motivo de sentirse perdidos, ni mucho menos, la solución. Hay otros escritores más astutos que trabajan sobre la siguiente propuesta: "Estás muy perdido, lo sé. Pero te propongo que imagines que no lo estás". Y usan 250 páginas para desarrollar esta idea. Yo sólo sé formular preguntas así que ahí va la mía: ¿Cómo es que si existen mapas para todo no existe uno para nuestro interior? Un mapa que nos dieran de pequeños, con algunas informaciones básicas sobre el "territorio". El resto sería trabajo nuestro, ir desarrollando, viajando por dentro (y por fuera), ¿o es que no hay nada que visitar?. Seguro que sí. Esa sí que sería una buena profesión de futuro. Diseñador de mapas del interior.
Espero que os gusten las fotos. La de arriba es de unos vecinos. Intentaré pensar que no les he robado demasiado su intimidad, pero es que la foto me parecía entrañable y la inferior es de una estatua de la Plaça Catalunya, convertida en una "indignada" más.
Y el video. Necesitaba ponerlo. Es de Sonic Youth "Sacred Trickster".

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