jueves, 27 de enero de 2011

ESCORPIONES VS RANAS BIENINTENCIONADAS

Llevo unos días pensando en la entrada que voy a escribir ahora. No es fácil enfrentarse a uno mismo y comenzar a escribir. Dejadme que os pregunte algo. ¿Alguna vez habéis mirado al pasado y visto lo tontos que fuisteis entonces?. A mi me acaba de pasar. Es curioso, pero uno siempre piensa que actúa correctamente. No! Ni mucho menos. Hoy he leído unos mensajes que me escribí con alguien - dejémoslo así, aunque ya advierto que no hay ningún misterio. Leo lo que escribía ella -siempre hay una "ella" en toda buena historia - . Leo lo que escribí yo, y sumadas las dos lecturas me llevan a la siguiente conclusión : "Tío, eras tonto. ¿En que momento dejaste de ser tú para ser un arrastrado?". Entiendo que uno, cuando se enamora, pierde los papeles. Es ley de vida, pero no es excusa. Uno deja de ser uno mismo. Se convierte en un ente extraño que intenta atrapar a alguien a quien - en principio - ya has atrapado. Lo peor de todo es que dejas de ser tú mismo de una forma inconsciente, progresiva, dañina. "Emperador Chi. Recuerde su promesa!".... En este caso la mía era no dejar de ser yo mismo. Ya me pasó en mi infancia y prometí que nunca más me pasaría. Pierdes la dignidad. Te conviertes en el juguetito de alguien, que te enrosca y desenrosca como quiere y encima, piensas que de alguna retorcida forma, responde al amor que le estás entregando. Otra mentira. Nadie que te quiera dejará que pierdas la dignidad, jamás. Ahora me pregunto si esa persona volverá. Los fantasmas del pasado siempre vuelven, y siempre con el mismo rostro. Alborozo y alegría, pues la gente no suele cambiar. ¿Qué haré si eso pasa?. Ella no tiene la culpa. Como decía el escorpión a la empozoñada rana "lo siento, es mi naturaleza". Mi problema es que entonces yo no supe cuál era la mía, y salí aguijoneado. Lo sé, lo sé. Sé que a todos nos ha pasado pero, ¿dos veces?.
Por otro lado, me he dado cuenta de un fenómeno curioso. Me muevo según estructuras cognitivas caducas. No es malo si se ataja a tiempo, lo malo es que no tengo ni la menor de las ideas de cómo renovarme. Dicho de otra forma. Estaba convencido de que me conocía pero resulta que no tengo ni la menor de las ideas sobre mi, sobre ti, sobre lo que me rodea. Me he centrado sólo en lo que conozco. En mis miedos, en mis frustraciones, en mis neuras. Nada de eso me ha servido. Os pondré un ejemplo. Hasta hace relativamente poco estaba convencido de que era alguien con una gran intuición. Que en cierta forma captaba las vibraciones de una situación y podía prever lo que iba a suceder a continuación. Mentira!. Funcioné como una maldita tabla de estadística. Si una situación me recordaba a otra ya vivida - tirando de patrones o analogrías - pensaba que la situación acabaría igual. Lo malo de esta singular tontería es que pensando así uno solo se fija en sus aciertos "ves, lo sabía" y no en los errores. Por otro lado, uno no puede ser el observador y sujeto de su propio experimento psicológico. Solo en las pelis, los cirujanos se extraen sus balas y se suturan las heridas. No, no me conozco en absoluto y tampoco me considero demasiado interesante como para seguir analizándome.
Para cerrar el capítulo de hoy, no pondré ningún video musical sino una miniconferencia de alguien a quien he descubierto recientemente. Sir Ken Robinson. Un punto de vista pedagógico fascinante. Os lo recomiendo

No hay comentarios:

Publicar un comentario